No sé si es pura impresión, quisiera que no fuera cierto, pero tengo el leve presentimiento que ser partidario de Uribe es algo que está de moda para algunos jóvenes de estratos cinco y seis.
En realidad quiero que sea pura equivocación mía, porque eso sería fatal. Sería fatal que una persona apoye unas políticas sólo por estar "in" y más grave aún si esa persona tiene voto. El problema no es que vote por Uribe, el problema es que vote sin pensar en la situación, en las consecuencias y en todo lo que un voto acarrea.
Este miedo que hoy les comparto lo adquirí viendo perfiles en Facebook. Más que perfiles, grupos a seguir. Me encontré con algo como "Los que pensamos que Álvaro Uribe es un putas" y "Sí a la reelección - Uribe 2010 - 2014" al lado de otro grupo: "Fajardo presidente". La pertenencia a un grupo a favor de Uribe y otro a favor de Fajardo ya deja claro la (des)orientación política de la persona que está en ambas cosas. Pero para que no quedé dudas sé de quien se trata y también sé que no sabe nada de nuestros dirigentes, que no le interesa saber y que las cuestiones políticas le importan tanto como un huevo.
La persona de la que les hablo también tiene amigos pertenecientes a ambos grupos. El miedo mío nace cuando veo que esas personas viven en El Poblado y son quienes reconocen una camisa comprada en Nueva York en la temporada pasada o en ésta.
¡HAGO UNA LLAMADO A LA RAZÓN Y A LA CONCIENCIA! Por favor, que las decisiones que afectan a más de 40 millones de personas no se vuelvan algo de moda. Escojamos bajo el veredicto de la razón y no del "seré más popular". O escogemos educación y darle contratos de construcción sólo a la empresa de una persona (Fajardo Mayor) o escogemos seguridad, bala a la lata y menos plata para universidades y hospitales; o escogemos a quien se nos dé la gana, pero a conciencia, o no escogemos.
Así sea por un sólo mes, así sea que la razón venga sólo en marzo, pero que venga y sea la que marque un cuadrado para escoger a Mundano o a Sutano. La política no es un asunto de moda, la política es un asunto de criterio.