Que un muerto aquí, otro allá. Ayer hicieron el negocio del año, hoy se perdió la plata para hacerlo. Antes eran bombas y cuando éstas dejaron de estallar la gente creyó que en Medellín ya no había narcotráfico. Lo que pasa es que ya no viven con tanto escándalo, pero viven y matan como siempre.
“Lo bueno de aquí es que siempre hay noticia, siempre pasa algo”. Y pasan tantas cosas que ya nos volvimos inmunes al dolor, ya nos acostumbrados al desmembrado, desaparecido, asesinado, torturado, secuestrado y al desterrado. Ya olvidamos a todos a causa de la costumbre.
-¿Por qué lo imputaban?
- Por todo: secuestro, desaparición forzada, tráfico de drogas, porte ilegal de armas y homicidio. -Ahh, nada. Esas son las imputaciones de siempre.
La ilusión queda en que pasamos de la muerte a la esperanza. Unos carteles anunciaban que ‘A mí ciudad no vuelve la violencia’; la gente respondía ‘porque nunca se fue’.
Ya ni la ilusión, lo único que queda es ese efecto de la morfina para evitar el dolor de los actos y las consecuencias de la amnesia para olvidar que alguna vez leyeron y vivieron esto, para olvidar que lo seguimos viviendo día a día.
1 comentario:
"Insomnio: enfermedad de los hombres que han vivido obligados a cerrar los ojos ante muchas situaciones".
Medellín es una ciudad nocturna, acá pocos duermen tranquilos... miento, muchos duermen tranquilos, la resignación de los viejos viejos y de los jóvenes viejos.
No toda la culpa es de Caín, ¿cómo si no así aguantarían el día a día? El insomnio es beneficio de quienes podemos despertarnos sin haber dormido porque lo máximo que tenemos que hacer es un trabajo de literatura. Pero quien tiene que levantar a una familia necesita descansar.
Amnesia, morfina, y pa'lante es pa'llá. Yo se lo dije camarón, le iba a salir cara. Has dejado la esquina del barrio tan caliente que uno ya no se puede ni parar, pero fresco Juan Albañil, fresco Pedro Navaja. Las cosas no mejoran, no, nunca lo han hecho, no mejorarán, pero aprendimos a gambetiarla.
¿Cómo si no así?
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